Pranayama: la ciencia del control de la respiración, o más exactamente, la manipulación de prana, la energía vital, a través de ejercicios de respiración.
La respiración óptima nos permite tomar suficiente oxígeno para llevarlo a la sangre y al cerebro, potenciando nuestras capacidades mentales. Como es una función automática (controlada por el bulbo raquídeo), al hacerla consciente estamos activando una parte del cerebro más sofisticada (la corteza cerebral) y lo convertimos en un ejercicio mental. Nos sentimos llenos de energía, pero también por esto hace que tengamos unas facultades mentales (memoria, intelecto, razón, concentración) más desarrolladas.
La respiración está conectada con todo nuestro sistema nervioso: a través de una respiración profunda y plena nos sentimos calmados, con claridad mental, positivos y estables emocionalmente. Cuando abrimos el pecho para respirar bien, simbólicamente nos abrimos al mundo y nos expandimos.
Pranayama: control del prana
Cuando estamos tranquilos nuestra respiración es acompasada y profunda. Cuando estamos agitados o temerosos, nuestra respiración se vuelve superficial, rápida y arrítmica. Te damos otro ejemplo: cuando intentamos recordar algo o concentrarnos en un sonido, nuestra respiración se detiene durante algunos segundo.
Esto nos da una idea, una vez más, de la manera como la respiración está ligada a los estados mentales. Así como nuestros pensamientos y emociones afectan nuestra respiración, esta a su vez tiene un efecto inmediato en todo nuestro sistema y en nuestra mente.
Cuando pensamos en nuestra respiración, tienen lugar dos elementos importantes: el recogimiento de nuestros sentidos y la concentración. Estas son algunas de las razones por las cuales la meditación más tradicional y sencilla se enfoca en la respiración.
Respirar consciente y totalmente nos da más atención y nos trae al momento presente, nos hace conscientes de nuestra vida y procesos interiores, nos ayuda a calmar los pensamientos y a acercarnos al silencio donde está el universo dentro de nosotros. La respiración es el vínculo maravilloso que tenemos para centrarnos y regresar a nuestra esencia, perfecta e infinita.
Ejercicios
1- Respiración de fuelle
Inhala profundamente por medio de tus orificios nasales. Primero sentirás como tu diafragma se mueve hacia abajo, permitiendo que los pulmones se expandan y forzando el abdomen hacia afuera; después sentirás como tu pecho se expande, alzando de último los huesos del cuello.
- 2 - Exhala rápidamente por medio de tus orificios nasales. Sentirás como los huesos del cuello bajan, el pecho se desinfla y el abdomen se contrae mientras los pulmones colapsan. Este proceso de exhalar debe ser mucho más rápido que el proceso de inhalar, casi como una desinflación rápida.
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- 3 - Repite el proceso. Cuando se realiza adecuadamente, tu pecho se expandirá cuando inhalas y se desinflará cuando exhalas. Sigue haciendo esto durante 5 minutos.
4 - Con práctica, acelera tu respiración. Los principiantes siempre deben empezar lentamente para evitar hiperventilarse, pero con el tiempo, será posible convertir esto rápidamente en una técnica de respiración.
Fuentes:
Freeman Richard, Awakening the Intelligence of Body and Mind, Shambhala Publications, Boston, 2010.
Parragon Books Ltd., The book of yoga, the Bridgewaterboo Company Limited, Bath, 2010.
Swami Sivananda, Raja yoga, The Divine Life Society, Himalayas, 2010.
Suami Vishnu Devananda, El libro de yoga, Alianza Editorial, Madrid, 2001.
The Sivananda Yoga Center, The Sivananda Companion to Yoga, Gaia Books Limited, New York, 2000.
Imágenes de wikhow.com
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